El material natural con el que se fabrican (aluminio) y el moldeo de guarniciones de última generación que reducen el paso del oxígeno y otros posibles agentes oxidantes a unas pocas partes por millón, aseguran la perfecta calidad organoléptica del producto y eliminan el riesgo de contaminación por el material con el que se fabrica el tapón. Estas características explican el creciente éxito de este tipo de cierre no solo en los mercados de Europa Central y del Norte, América y Asia, sino también en aquellos países con una fuerte y estructurada tradición vinícola, como Italia, Francia y España.